Es difícil encasillar en un único oficio a una mujer como lo fue Emilia Pardo, pero sin duda fue una mujer que llegó dónde quiso sin necesidad de nadie.
Emilia Pardo Bazán, nació en una familia aristócrata en A Coruña, España. Sus padres le proporcionaron la mejor enseñanza que podía disfrutar una mujer en su época. Esto hizo que Pardo a los nueve años ya estuviera escribiendo sus primeros versos y a los quince su primer libro ‘Un matrimonio del siglo XIX’.
A los 16 años se casó con su único marido, con quien tuvo tres hijos. En ese momento las mujeres no podían ir a la universidad, sin embargo, no dejó de lado sus intereses y se siguió formando y escribiendo, además de poder viajar por Italia y Francia, algo que le ayudó a su crecimiento profesional.
Aunque fue a partir de 1882-83 cuando fue notoria su relevancia en la literatura con ‘Una cuestión palpitante’, a finales de los 70 es cuando aparecieron sus primeras novelas.
Destacó sin duda en el ámbito narrativo en la literatura por sus pioneras aportaciones al naturalismo español.
En 1890 funda la revista Nuevo Teatro Crítico, que dirigía y escribía ella misma. Esta revista contaba con ensayos, críticas… una fuente de información de la vida cultural de su época.
Se rodeaba de intelectuales, periodistas, escritores como ella. Tuvo intercambios de cartas con Benito Pérez Galdós que desvelan el vínculo que mantuvieron desde 1883 (fecha en la que la escritora se separa de su marido) hasta 1915.
Mediante su talento, fue una gran luchadora por los derechos de las mujeres. En 1890, escribe una de sus citas más conocidas recogida en La mujer española: “todas las mujeres conciben ideas, pero no todas conciben hijos. El ser humano no es un árbol frutal que sólo se cultive por la cosecha”. También realizó el proyecto Biblioteca de la mujer, con el que se propuso divulgar obras feministas y progresistas al público femenino.
Durante los últimos años de su vida, Emilia Pardo recibió numerosos reconocimientos por su trayectoria en la literatura. En 1908 fue la primera mujer socia del Ateneo en Madrid, empieza a usar su título de Condesa de Pardo Bazán otorgado por Alfonso XIII, en 1912 la nombraron Catedrática de Literatura Contemporánea en la Universidad Central.
En mayo de 1921 fallece por una complicación de la diabetes, poniendo punto final a una vida llena de superación que transciende hasta hoy en día.

Biografía realizada por Sandra Rodríguez Xercavins, Universitat de València.